Llegamos a Cartagena luego de hacer un gran esfuerzo, subiendo a lo loco desde Quito. Teníamos una cita muy importante con nuestro amigo Pedro, que tres meses atrás había sacado los pasajes desde Buenos Aires hacia esta ciudad tan prometedora.
- ¿Saben en dónde piensan estar en Abril más o menos? - Me pregunta Piter desde el chat de Facebook, mientras escribo para el blog desde la costa de Perú.
- Y… sabés que esto es difícil de planear, pero bueno, saquemos una especie de cuenta... Calculo que ya estaremos por Colombia. – le contesto ingenuamente.
- Uhhh genial! Bueno, ya fue, me tiro de una, saco el pasaje- me dice sin dudarlo
- Jajajaj Kamikaze. Dale, sácalo que allí estaremos.
Luego de esta charla, pasaron los días y ya empezamos mal. La que pensábamos que iba a ser una corta estadía en Paracas, terminó siendo un acampe argento de 32 días en ese pequeño pueblo. Ya las cuentas no daban… sin hablarlo mucho con Uli sabíamos que cada día que pasaba iba en contra de nuestra promesa de estar en Abril en Colombia.
Pero como todo en este viaje, decidimos que la situación fluya y así llegamos a Quito, con los días contados para empezar a subir al caribe colombiano. No había drama, viajaríamos corriendo de bus en bus hasta llegar a la cita (sufriendo por lo caro que nos resulta Colombia en materia de gastos varios, ¡ni hablar de los transportes!)
La idea central de este viaje es no atarnos a ninguna decisión fija. Es decir, si bien hay un itinerario mas o menos marcado, nos vamos moviendo según las ganas del momento, según la gente que vamos conociendo, según la hospitalidad de cada lugar. La gente, las personas son las que marcan la ruta a seguir y no queremos conocer toooodos los “puntos turísticos que no te podes perder en un país”. Eso no nos interesa, se conoce lo que se puede, se viaja con un ritmo muy desacelerado: aquellos días de turistas de los cuales volvés a tu casa más cansado por haber caminado sin parar por cada destino, quedaron muy atrás…
Así que de repente Pedro en Cartagena… abrimos la puerta de la casa de Andrés que nos aloja en su casa, sonriendo de antemano. Nuestro amigo viajó muchos kilómetros para vernos, para compartir unos días que poco después serían inolvidables. Pensar que hace poco lo veía todas las mañanas sentado frente a mí, en la misma oficina en donde soñábamos compartir un viaje. Ahora por suerte el contexto es otro, diferente, mucho más libre. Nada más ni nada menos que la famosa Cartagena de Indias
una de las ciudades mas lindas del viaje... |
una de las tantas entradas a la ciudad amurallada |
el barrio Getsemaní y su encanto bohemio |
¿Que hicimos durante nuestra estadía en esta linda ciudad?
Básicamente nos relajamos mucho, hicimos todo con una lentitud y pereza que tranquilamente podría llegar a exasperar a cualquier otro viviente. Comimos exquisitos platos cocinados entre los tres, platos llenos hasta reventar. Caminamos por la ciudad sin rumbo alguno, sin mapa, conversando mientras movíamos los pies hacia la misma dirección. Fuimos hasta zona de la playa, “la más fea del caribe” (¡¡¡después de verla no podía imaginar cómo pueden llegar a ser las otras que nos esperan en unos días!!!). Tomamos muuuuchos jugos de frutas, al punto de parecer adictos a esas combinaciones que sin dudas no encontraremos en Buenos Aires.
Intercambiamos clases artísticas, Pedro me enseño a tocar el hipnótico ukelele y yo le enseñe a tejer, cuestión que domino en muy poco tiempo creando un amigurumi en pocas horas. Imaginamos hacer estas actividades en algún otro viaje que por supuesto vuelva a reunirnos.
Nos reímos mucho junto a Andrés, nuestro couch en Cartagena, formando un grupo cómplice para compartir charlas, anécdotas, salidas y partidos de fútbol. Una vez más, cruces culturales de esos que te enseñan, modos de vivir que antes resultaban ajenos pero que ahora ya están más cercanos y amplían nuestra forma de ver la vida.
¿Y de Pedro que podemos decir? Que es un viajero innato. Tiene todas las virtudes que se necesitan para hacer un viaje largo, se adapta a cualquier medio y actividad, tiene la calma y la paciencia para ser un gran disfrutador de momentos. Los lazos con el ya estaban fuertes previos a este viaje, pero ahora se han hechos indestructibles!
Le agarró la mano enseguida al tejido, un artista por donde se lo mire |
Andrés y todo el equipo |
caminando bajo el poderoso sol |
Como buena fanática de los viajes, del nomadismo y de las fotografías viajeras, me está pasando muy seguido eso de pasar del 2D al 3D. ¿Como sería eso? Estoy conociendo muchos lugares que vi en fotos hace tiempo, paisajes que vengo recorriendo con la mente, deseando estar ahí mientras paseaba virtualmente desde la pantalla de la computadora.
Es una sensación muy extraña el hecho de estar parada en silencio, viendo la escena, observando cada rincón de esa foto que ya no lo es más, que ya no es algo plano sino todo lo contrario: un cuadro completo, sin bordes, con aromas, sonidos, gente caminando, pájaros volando. Y me quedo quieta, sí, bien quieta. En silencio, tratando de grabar en mis retinas todo lo que puedo ver. Pienso en lo que me costó estar acá, las etapas duras que tuve que vivir, las frustraciones por no animarme a hacer lo que quería. Y sonrío, porque todo fue un camino recto construído con esfuerzo para estar disfrutando de esta nueva vida. Giro sobre mi eje, la foto definitivamente se agranda…
un Botero en el medio de la ciudad |
fuera del centro histórico, se encuentra la parte moderna de la ciudad |
Un poco de historia...
A partir de su fundación en el siglo XVI y durante toda la época colonial española, Cartagena de Indias fue uno de los puertos más importantes de América. De esta época procede la mayor parte de su patrimonio artístico y cultural.
Cartagena fue una ciudad principalmente asociada con la historia pirata, fue en ella donde se dieron numerosos ataques por parte de los piratas provenientes de Europa, que encontraron en la ciudad un lugar adecuado para saquear bienes de todo tipo, lo que la obligó a convertirse en la ciudad más reforzada de América del Sur y del Caribe.
Su centro histórico, la famosa Ciudad Amurallada, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984, y en el año 2007 su arquitectura fue galardonada como la cuarta maravilla de Colombia.
Fuera del centro histórico, encontramos barrios mas tranquilos y menos pintorescos, similares a cualquier otro barrio de los que hemos conocido en todo el viaje. Y en la zona de playas, se encuentra un centro moderno lleno de las cadenas internacionales de comida y marcas de ropa: la zona de Bocagrande.
Agus
Hermosas fotos Gugita!! Como siempre, como nos tenes acostumbrados!!! Gracias por hacernos viajar con ustedes!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Anonimo!!!!!! gracias de verdad! Pero porfas decime quien sos! jajajajajaj
ResponderEliminarHola, Me parece muy hermoso todo lo que están haciendo. Los felicito!
ResponderEliminarGracias Sofi!!!!! por estar ahi y leer!!! abrazo viajero!
EliminarGracias Crisssss!!!! misterio develado! Y gracias Sofi por pasar y sumarte a este viaje!!!!! :)
ResponderEliminarHola Agus!!! Qué preciosos lugares!!!!... y que buenas fotos!!! ... que como siempre reflejan con tanta exactitud la belleza de los lugares y de las personas que van conociendo. Me imagino la sensación que tienen al encontrarse parados en lugares que han visto por Internet o por libros, respirando perfumes u olores típicos de ese rincón del mundo. Salvando las enormes distancias, y no lo digo por los kilómetros recorridos por Uds. sino por la experiencia de viajar con los cinco sentidos despiertos y atentos a todo lo nuevo, a mi me pasa que de pronto me encuentro con una foto, con una postal, con un lugar que he visto en internet tratando de seguir tus pasos desde aquí, y los veo a Uds. formando parte de esa geografía y me parece loco verlos allí y me llena de satisfacción y alegría. Gracias Andrès por tu amabilidad, tu compañia y tu buena onda. Besos besos besos para todos .Amelia Susana Essayan
ResponderEliminarSii, eso mismo ma, la belleza de pasar de la postal o foto a estar ahi mismo!!!! en 3D!!!!! hermosa sensacion! te quieroooo
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