Fin de año en Cusco

Elegimos esta ciudad para festejar el fin de un ciclo. Sin dudas es nuestra favorita, cuando la visitamos hace dos años nos enamoramos perdidamente de ella, de sus calles, de la gente, toda la historia que encierra… fue imposible no caer rendidos a sus pies.

Por unos días decidimos no utilizar couchsurfing para pasar las fiestas entre amigos, buscamos un hostel en donde pudiéramos estar Cheche, Carola, Sonia y nosotros juntos. Queríamos un lugar cómodo, barato y con buena onda… existe un lugar así? Si, podemos recontra afirmar que sí!!!! Intis Wasi es un hostel que nace como un microemprendimiento, alimentado a todo pulmón y con mucho amor por Martin. Los días fueron pasando y fuimos formando un vínculo fuerte con él, dada su hospitalidad, generosidad y buena onda. Terminamos debatiendo de temas súper interesantes, aprendiendo a través de documentales que nos mostró sobre el imperio Inka, y hablando de veganismo de una forma muy intensa, gracias a la gran curiosidad de Martin. Sin dudas Instinto Nómada colecciona amigos, cada día vemos que ésta es la misión de esta travesía. Nos seguimos sorprendiendo para bien, no nos cansamos de reír y charlarlo con Uli: cada ciudad visitada es un lazo nuevo, es un nuevo amigo que queda conectado a través de los recuerdos para siempre y en nuestra cotidianidad gracias a las nuevas herramientas tecnológicas como el celular o las redes sociales. Nos vamos moviendo de una ciudad a otra, sin embargo cada amigo cosechado sigue estando, nos escribimos, el blog nos une. 

Martín y Camilo su amigo, dos grandes.

Tomando ricos jugos en el Mercado San Pedro

Martín es muy joven pero tiene las fuerzas y las ganas de una persona que ya atravesó por varios caminos de la vida. Su curiosidad y las críticas constantes que hace sobre la vida que tenemos lo van a llevar a lugares muy lejanos, llenos de conocimiento y libertad. Eso se puede predecir cuando abre la boca, para expresarse y compartir. Muchísimas gracias Martín por ser parte de este comienzo de año tan fuerte, y por decirnos cosas tan lindas sobre el blog que construímos con mucho cariño a diario. 

¿Cómo fueron nuestros días en Cusco? Tranquilos, muy tranquilos…. característica fiel de estar viviendo mientras se viaja, comparando esta gran experiencia con las anteriores en donde por una cuestión de tiempo se viaja más de turista, moviéndose de acá para allá para que “no quede nada sin recorrer”. Caminamos varias de sus calles, producimos más artesanías para seguir vendiendo, compartimos charlas, risas y reflexiones con nuestros amigos, dormimos en comunidad en un cuarto muy chiquitito, transformando esa habitación en un quilombo agradable. Para el 31 cocinamos unos platos bien gourmet, convirtiendo una simple mesa blanca en un lujo culinario, para comenzar este nuevo año con todas las pilas puestas. 

Cheche y Uli, los dos chefs creadores de la cena gourmet de fin de año.

delicias veganas....mmmmmm

Los amigos juntos... no se puede empezar mejor el 2014

Cheché listo para el afiche de Caritas 2014

5 personas en una habitación chiquita... caos total

El perro Marley

Miedito...

La ruta nos sigue uniendo

Pudimos presenciar una fiesta de dimensiones indescriptibles, sentí al ver la Plaza de Armas tan llena de gente lo mismo que sentía en Buenos Aires cuando pasaban para estas fechas los festejos internacionales de Nueva York, Sidney o Tokio por la televisión. Fue la sorpresa de ver tanta gente reunida en un mismo lugar: imagínense esa gran plaza llena de hormigas gigantes, sin espacio casi para caminar…. Poder estar en un festejo tan grande y diferente a todos mis fines de año anteriores es un hecho que sólo se da cuando una se mueve, se desplaza en búsqueda de nuevas experiencias. Solo así se busca y se encuentra.

Imágenes cortesía de la camarita de mi amiga Sonia!

Esta vez no visitamos a la imponente Macchu Picchu ni al Valle Sagrado: como ya los conocimos en nuestro viaje anterior a Perú, decidimos quedarnos con ese gran recuerdo y guardar ese dinero de las entradas para conocer otras ruinas pendientes más arriba, como las mayas y las aztecas. Así que disfrutamos de las anécdotas de nuestra amiga Sonia, que fue sola al Macchu y que volvió con la sonrisa característica de las personas que conocen esa gran parte de nuestra historia.

Adiós 2013, año clave.

Confirmo que de las crisis siempre surgen cambios favorables. Lo experimenté en carne propia el año pasado, cuando nos cansamos de la rutina laboral, de la vida sedentaria, de hablar y soñar sin concretar. Así, sin más, el 2013 se tatuó en nuestras pieles como transformación, como renovación de cuerpo y de espíritu, como nuevos proyectos a concretar.

Vivir viajando es un sueño que tengo desde los 17 años y que siempre quedó así, como algo inalcanzable, como un anhelo que sólo me provocaba muchas sonrisas al traerlo a mi cotidianidad. Once años después, todo a su debido tiempo y cuando ya las fuerzas para seguir haciéndome la distraída no alcanzaban, puedo decir que estoy viviendo ese sueño, que me sigue sorprendiendo y confirmando que si se quiere se puede, que se puede elegir esta forma de vida como un proyecto a continuar, no sólo como una gran experiencia que se vivió y que se debe suspender para continuar la vida “normal”. 

Atrás quedó la oficina, la que en los últimos años me sofocaba con su rutina. Atrás quedo recorrer una sola ciudad, de ida y de vuelta, caminar las mismas calles, hacer las mismas actividades semanalmente. Cambié el chip de sedentaria a nómada, revolución tan grande que cambia la cotidianidad de una manera radical. Cumplir un sueño en tiempos caóticos es posible, sólo requiere mucha voluntad y el asesinato de una entidad que nos paraliza y no nos deja mover: el miedo.

Mari nos alimentó diariamente con nuestro plato predilecto: platanos fritos, papas fritas, palta, ensalada de tomate, cebolla y pepino... y arroz!

El inolvidable mercado San Pedro, como lo extrañamos! un placer volver a pisarlo!

Un deleite de frutas para la vista! Papayas, mangos, paltas, chirimollas....gracias Perú!!!

Lo aprendido hasta ahora, tesoro conquistado.

Tres meses de viaje, tres meses en la ruta. No sólo es cuestión de moverse, sino de absorber lo que ese movimiento me regala. No busco paisajes hermosos, sino personas que me enseñen sus formas de vida para ampliar mi conocimiento real sobre este mundo. Bajo la teoría a la práctica, me vuelvo un ser social real que puede adaptarse cada vez más y con mucho esfuerzo a cualquier situación que se me presenta.

Ejercito mi voluntad y mi paciencia… todo el tiempo. Me pongo en crítica constante, aprendo más de mí, de mi personalidad. Ahora vivo en comunidad, rodeada de personas, me obligo a dejar el egoísmo de lado y a compartir todo: una habitación, el baño, mis comodidades, mis pertenencias.

No tengo nada, llevo como un caracol mi casa en la espalda. No necesito ropa, ahora entiendo realmente que comprar cosas es tapar el aburrimiento con actividades superficiales. Tengo tres vestidos para un año de viaje, afirmo que no necesito nada más que eso…

Mis amigos me acompañan a la distancia, los siento más cerca que nunca. Nuevos amigos aparecen al pasar los días, lazos tan intensos dada la cantidad de horas y vivencias compartidas.

La creatividad está en su mejor momento, tengo mucho espacio para ella, la alimento día a día. La tenía abandonada en Buenos Aires, ahora le di el lugar que se merece porque le hago la guerra a las agujas del reloj… y voy ganando.

Mi abuelita, siempre conmigo, cuidándome.

El sagrado Templo de la Luna

Esta vez nos tocó Cusco en su época de lluvias

Como le digo al taxista que me traiga a esta calle?

Galeano cierra este post, le doy la palabra:

Nosotros tenemos la alegría de nuestras alegrías y también tenemos la alegría de nuestros dolores. Porque no nos interesa la vida indolora que la civilización del consumo vende en los supermercados. Y estamos orgullosos del precio de tanto dolor que por tanto amor pagamos. Nosotros tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que muestran la pasión de andar y el amor al camino. Tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y la belleza vale la pena también cuando se pierde. Y sobre todo, tenemos la alegría de nuestras esperanzas en plena moda del desencanto, cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano.

2014 te abrazo fuerte… sé que tenés muchas vivencias para regalarme. Las espero ansiosa, para no perder la costumbre.

                                                                             Agus