Es muy temprano, miro por la ventana del colectivo pero esta vez de una manera distinta, porque sé que por un tiempo no voy a ver las calles de Buenos Aires. Estoy yendo a casa y no puedo dormirme como acostumbro hacer cada vez que tengo un tiempo muerto: un nudo en el pecho, una sensación muy extraña, no me lo permiten.
¿Estás feliz? ¿Cómo te sentís?
San Marcos Sierras |
Preguntas recurrentes sobre sensaciones que son difíciles de explicar en este momento. Ya no volveré atrás, retroceder en este punto no se puede, aunque los ataques de pánico surjan a cada momento para tentarte. Es hora de hacerse cargo de la decisión tomada, de la decisión de cambiar de vida e ir en busca de la felicidad soñada. Tengo que llegar a casa pronto y ponerme a armar la mochila, que no será una común, sino la casa que habitaré y llevaré en mis espaldas por un largo tiempo.
Mis ojos siguen hinchados, porque la despedida tan temida de las personas que quiero no será solo hoy, sino que empezó hace unos días. Terremotos de palabras de cariño, tanto escritas como orales. Regalos que no son sólo eso, sino que son el empuje que se necesita para tener bien presente que estoy en donde quiero estar. Abrazos interminables a modo de cargas eléctricas para que la batería no se agote nunca…
Miedo… mucho… en cantidades difícilmente comparables a algunas que aparecieron antes en mi vida. Risas y llantos: me había olvidado como se puede pasar de unos a otros en tan poco tiempo. Nervios: no me entra nada en la mochila, no debo cargar cosas de más… ni mucho de menos. Alegría, porque sé que algo muy bueno está por comenzar, eso lo sé, aunque en este momento quede relegado…
Esta vez no nos dirigimos a Ezeiza, esta vez no está pautado el día de regreso. Nada está pautado, y todo está por verse y decidirse segundo tras segundo. ¿No querías esto Agustina? Insisto en hablarme a mí misma para recordarme lo que vengo deseando hace tiempo.
Retiro nos recibe, buscamos el andén que sostiene al tren que nos llevará quien sabe a dónde. Caminamos con paso firme, aguantando el peso en nuestras espaldas, resistiendo el hecho de dejarlo todo.
Y ahí están ellos, van apareciendo sus caras, sus cuerpos, sus abrazos. Insisten en arrancarnos sonrisas en los momentos más difíciles. Siguen estando, quieren estar hasta el último momento presentes. Lo miro a Uli, sonrío. Nada puede salir mal, nuestra familia y amigos nos lo recuerdan de esta manera.
Mas regalos, mas abrazos, mas lágrimas… cartas que horas después harán que la gente que va rumbo a Córdoba capital piense que en ese vagón viajan dos locos que van a ser internados en un psiquiátrico de alta seguridad. Nos miran fijo, es un simple viaje en tren, no entienden por qué lloramos tanto al leer unas hojas.
Ya está, dimos el paso más difícil, primer prueba superada: vida sedentaria en OFF, instinto nómada en ON.
Agus
Agus
San Marcos Sierras |
Te quiero.... me haces llorar... pero vas a ser feliz porque ES LO QUE QUERES!!!!!
ResponderEliminarGracias Magda!!!!!!!!! Celebro esas lagrimitas de emoción, gracias por leerme! te quierooooo
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